26.5.23

Profecía

Se cumplió la profecía de fuego, se quemó el bosque y me pinte el pecho con sus cenizas. Visceral amor surgiendo de las profundidades del abismo, pupilas dilatándose hasta el mismísimo infierno. Quien me iba a decir que el viento tenía razón todo este tiempo, y que su verdad tumbaría mis muros en el momento preciso. Te miro y pienso en el millón de probabilidades de que no sucedieras, y sonrío y te abrazo y me ahogo en esta felicidad difícil de digerir. Siento el trueno de tu presencia en las entrañas de mi ser, oigo la llamada del destino en tu voz susurrando mi nombre. Me tocas y siento el universo alineándose con cada una de mis células.

Convertiría mi fe a la religión de tu sonrisa si pudiera.