4.3.14

Resignados.

...¿Y recuerdas aquello que planeamos? Saltar a un tren y viajar lejos, con una cámara antigua y los zapatos rotos, no tener a donde ir, sin hogar, sin mapas. Si, lo recuerdo bien, decíamos que queríamos ser fugitivos, ladrones, peregrinos, caminantes. Queríamos ser todo y no tener nombre, ser pájaros emigrantes con brújulas torcidas. ¿Dónde estas? ¿dónde estamos? Al final de la historia nos quedamos en el mismo lugar, y los ''quizá mañana'' terminaron de matar aquellos sueños. ¿Sabes? no se a ti, pero a mi se me hace un nudo en el estomago cuando lo pienso...¿Te imaginas lo que hubieramos podido ver si nos hubiera alcanzado el valor para huír, para ser libres? Ahora somos viejos y cobardes, y nuestras cabezas están selladas y ya no tenemos fuerza en las manos para agarrarnos a los trenes, ni a los sueños, y el mundo se reduce a los crucigramas del periódico y a las novelas de las cinco. Hemos crecido y nos hemos rendido a la normalidad gris, creemos en los pasaportes y en las normas, nos molestan los gritos de los niños y la música alta. Somos viejos. Viejos. ¿Lo puedes creer? Nosotros, los sindueño, los niños libres, hijos de la decadencia, con corazones de acordeón y risas de canción triste.

Joder, y nisiquiera hemos salido de esta maldita ciudad. 




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