18.5.14

Traslúcida.

Me daba pánico tocarla, por que estaba desnuda, y parecía tan frágil...era como si mi sola presencia ensuciara esa visión tan pura, tan increíblemente blanca, tan fuerte y tan delicada al mismo tiempo. Era un ser de cristál. Estaba desnuda, con la linea negra de sus ojos como única prenda, y me estaba mirando, helándome la sangre. Sé que ella también me veía transparente e indefensa, como dos espejos frente a frente. Me di cuenta de que estaba viva,  y de que su corazón latía fuerte, y solo fui consciente de ello cuando la ví ahí, de pie, traslúcida. Veía sus venas azules enredandose bajo su piel, cada fino vello de su cuerpo, cada lunar, cada cicatriz. Veía su cola de sirena, sus garras, sus cuernos, sus pupilas alargadas, veía sus colmillos, sus alas, todo lo que ella deseaba poder tener. Podía oír la voz de su conciencia cantando con la mía, podía recorrer todos y cada uno de los segundos de su vida, todos sus recuerdos, podría haber contado todas las lagrimas que lloró, todas las sonrisas que había dibujado, todas las preguntas que nadie le respondió. Pero no lo hice, por que estabamos desnudas del todo, y estabamos más vivas que nunca.


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