20.5.14

Robot.

Lamí tu cuello y eras de metal. No sabías a nada, no había calor, no sentí más que el acero sobre mi lengua. Me aparté para mirarte, ¿Qué albergaba tu mirada artificial? ¿Cuántos poemas virtuales me habrías recitado? Tu sonrisa no era más que un movimiento mecánico, tus palabras solo eran el sonido lejano de chispas moribundas. Eras un robot, pero yo te amaba. Te amaba ciegamente y sin control, hubiese regalado mi corazón hecho de carne, de sangre, de músculos, mi corazón vivo, para tener un trozo de plástico luminiscente en su lugar, como el tuyo. Echo tanto de menos cuando podía escuchar tus latidos si me recostaba en tu pecho, siempre cálido, siempre abierto a mis mejillas. Pero ahora solo eres metal, el hombre de hojalata, que se oxida bajo toda esta lluvia. ¿Por qué te fuiste? ¿Por qué no me esperaste? Yo habría arrancado cada centímetro de mi piel para poder estar contigo, la habría cambiado por silicona, látex, aluminio, habría cambiado mis venas por negros cables, habría quemado mis ojos para sustituírlos por radáres de emociónes. Pero te fuiste demasiado rápido y me dejaste desnuda, con mi simple cuerpo de humana, con mis huesos y mis imperfecciónes, con el tornado de mi conciencia.



18.5.14

Traslúcida.

Me daba pánico tocarla, por que estaba desnuda, y parecía tan frágil...era como si mi sola presencia ensuciara esa visión tan pura, tan increíblemente blanca, tan fuerte y tan delicada al mismo tiempo. Era un ser de cristál. Estaba desnuda, con la linea negra de sus ojos como única prenda, y me estaba mirando, helándome la sangre. Sé que ella también me veía transparente e indefensa, como dos espejos frente a frente. Me di cuenta de que estaba viva,  y de que su corazón latía fuerte, y solo fui consciente de ello cuando la ví ahí, de pie, traslúcida. Veía sus venas azules enredandose bajo su piel, cada fino vello de su cuerpo, cada lunar, cada cicatriz. Veía su cola de sirena, sus garras, sus cuernos, sus pupilas alargadas, veía sus colmillos, sus alas, todo lo que ella deseaba poder tener. Podía oír la voz de su conciencia cantando con la mía, podía recorrer todos y cada uno de los segundos de su vida, todos sus recuerdos, podría haber contado todas las lagrimas que lloró, todas las sonrisas que había dibujado, todas las preguntas que nadie le respondió. Pero no lo hice, por que estabamos desnudas del todo, y estabamos más vivas que nunca.


10.5.14

Las preguntas adecuadas desencadenan el miedo.

Me gustaría irme a dormir, cerrar los ojos y descansar, dejarme llevar suavemente a mi precioso mundo onírico. Pero no puedo. No puedo porque tengo tu voz clavada en la cabeza y estoy sangrando, porque retumban en mis párpados cada una de tus palabras, porque tengo ganas de llorar. No, no se cuando comenzó ni porqué, no se por que seguimos en el mismo sitio, observando las tormentas de arena ir y venir, y por qué decidí en el ultimo instante que era conveniente arrancarme el alma y dejártela encima de la mesa antes de salir corriendo por la puerta. No lo entiendo, dejé de comprender hace mucho tiempo. Pero no me importa, nunca me ha importado el no entenderlo.


Quizá no deberíamos intentar comprender nada.






7.5.14

Visión de la sirena muerta.

Varada en la playa había una sirena. Era un ser deforme con la piel lisa y los ojos sin parpados. No tenía pelo, ni siquiera una larga cabellera como las que describían los antiguos marineros, su cola era plateada, no de colores como en los mitos. Y estaba muerta. Su cuerpo estaba lacerado, las heridas abiertas se pudrían bajo el sol de la tarde, su carne corrompida olía todavía a salitre. Yo la observaba de lejos, guardando respetuoso silencio, viendo a las gaviotas acercarse y picotear, hambrientas. La sangre que formaba un charco a su alrededor dibujaba serpenteantes ríos que bajaban y se mezclaban con el agua. Esbocé una sonrisa irónica, de alguna manera lo poco que quedaba de su ser intentaba desesperadamente volver a donde pertenecía, intentaba alcanzar la lengua de las olas para ser devuelta a su hogar. Miré a mi derecha y vi mis huellas sobre la playa, vi como brotaban de ellas vísceras, sangre y petroleo, como inundaban y cubrían al cadáver putrefacto de aquel ser, ahogando a las gaviotas, oscureciendo el mar y el cielo. Después vi a través de los ojos de la sirena el fondo marino y las ballenas, las medusas danzantes y los cascos de los barcos. Los arpones, las redes, los submarinos. Los vertidos tóxicos, los navíos hundidos. Los arrecifes de coral y los cachalotes varados, los niños jugando en la playa. Vi millones de amaneceres y aviones surcando el cielo, vi el fin de la vida y el inicio del infierno, vi las bombas y el terror, los delfines huyendo, la belleza decadente de un océano moribundo.






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Siéntate. Fumate un cigarro conmigo. ¿En que piensas? ¿De que color son tus miedos hoy? Vamos a beber, vamos a emborracharnos y a vomitar todo el odio sobre la mesa. Desnúdate, pero no me toques, no me salpiques, no me susurres, no hagas nada. Quiero ver a través de ti, quiero ver tus arterias y tus negros pulmónes, y tu corazón siguiendo el ritmo del mundo, y tu cerebro lleno de ácido. ¿Qué sabes sobre la luna? ¿y sobre la sangre? Hablemos, mirémonos, pero no te acerques. Vamos a inventarnos una historia, vamos a jugar a los actores. Mira nuestras manos, son garras de gas que despellejan las verdades. Somos animales solemnes en los nacimientos y felices en los entierros.
Recitemos nihilismo. 
¿Sabes contar hasta diez?
Cierra los ojos y me escondo, 
hay muchas esquinas en este bar,
no me vas a encontrar. 




5.5.14

Noamor.

No me gusta la poesía. La poesía romantica, quiero decir. ¿Que sabran esos poetas del amor? no saben nada. Se limitan a regocijarse en los colores que tiene el mundo cuando se ama, se encarcelan en los corazones, en los cantos de los pájaros y en las canciónes. No, eso no es amor. Amor es sentir presión en cada una de las moleculas de tu cuerpo, es llorar, sudar, eyacular, amor es todo lo que la tierra hace. Es enterrar, llover, crecer y también morir. Amar es volver a ser un animal, matar con las fauces, mancharte de sangre, eso es el amor. Es un sentimiento visceral y salvaje, que nace en una cueva profunda y oscura, en un bosque lleno de musgo y magia. Es arañar, morder, huír y regresar, una lucha eterna, un abrazo feroz, una estampida, un relámpago, un impacto de lava sobre el agua del mar. Es vapor de agua y aguacero infinito, es nieve espesa, granizo, violenta tormenta que rompe los troncos. Es parir el mas grande de los llantos y es besar el mas brillante de los soles.

Eso es el amor.


Que coño sabrán esos poetas de mierda.