11.6.14

E s n e s o n.

¿Conseguiremos escapar de esta inmensa órbita de recuerdos? Donde nace la tristeza muere nuestro desorden. Somos jóvenes pútridos, con las manos envejecidas, devorados por los gusanos mucho antes de nacer. Y aquí nos encontramos, otra vez, con la mirada perdida sobre estas escaleras que algúna vez conducían a un mundo nuevo, y ahora no son mas que grises peldaños malditos. ¿Cómo estás? ¿Qué es de ti? tampoco me interesa mucho, pero un día sostuviste mi corazón entre tus manos, y entonces dejó de latir. ¿Recuerdas cuando eramos criaturas en los bosques, en las montañas? No sabíamos nada, pero lo queríamos todo, queríamos abarcar el mundo entero con nuestros brazos, y nos quedamos al borde del precipicio, buscando el oxígeno que jamás llegó. Cómo será tu voz ahora, me pregunto. Me pregunto a que olerás esta vez, a que juego te apuestas la vida, si alguien se atreve a nombrarte en el mismo idioma que yo lo hice una vez. Vete de aquí, a veces me gustaría matarte, debería haberlo hecho cuando tuve tiempo, cuando estabas dormido, cuando bajaste la guardia aquella tarde cuando hacía tantísimo viento.



20.5.14

Robot.

Lamí tu cuello y eras de metal. No sabías a nada, no había calor, no sentí más que el acero sobre mi lengua. Me aparté para mirarte, ¿Qué albergaba tu mirada artificial? ¿Cuántos poemas virtuales me habrías recitado? Tu sonrisa no era más que un movimiento mecánico, tus palabras solo eran el sonido lejano de chispas moribundas. Eras un robot, pero yo te amaba. Te amaba ciegamente y sin control, hubiese regalado mi corazón hecho de carne, de sangre, de músculos, mi corazón vivo, para tener un trozo de plástico luminiscente en su lugar, como el tuyo. Echo tanto de menos cuando podía escuchar tus latidos si me recostaba en tu pecho, siempre cálido, siempre abierto a mis mejillas. Pero ahora solo eres metal, el hombre de hojalata, que se oxida bajo toda esta lluvia. ¿Por qué te fuiste? ¿Por qué no me esperaste? Yo habría arrancado cada centímetro de mi piel para poder estar contigo, la habría cambiado por silicona, látex, aluminio, habría cambiado mis venas por negros cables, habría quemado mis ojos para sustituírlos por radáres de emociónes. Pero te fuiste demasiado rápido y me dejaste desnuda, con mi simple cuerpo de humana, con mis huesos y mis imperfecciónes, con el tornado de mi conciencia.



18.5.14

Traslúcida.

Me daba pánico tocarla, por que estaba desnuda, y parecía tan frágil...era como si mi sola presencia ensuciara esa visión tan pura, tan increíblemente blanca, tan fuerte y tan delicada al mismo tiempo. Era un ser de cristál. Estaba desnuda, con la linea negra de sus ojos como única prenda, y me estaba mirando, helándome la sangre. Sé que ella también me veía transparente e indefensa, como dos espejos frente a frente. Me di cuenta de que estaba viva,  y de que su corazón latía fuerte, y solo fui consciente de ello cuando la ví ahí, de pie, traslúcida. Veía sus venas azules enredandose bajo su piel, cada fino vello de su cuerpo, cada lunar, cada cicatriz. Veía su cola de sirena, sus garras, sus cuernos, sus pupilas alargadas, veía sus colmillos, sus alas, todo lo que ella deseaba poder tener. Podía oír la voz de su conciencia cantando con la mía, podía recorrer todos y cada uno de los segundos de su vida, todos sus recuerdos, podría haber contado todas las lagrimas que lloró, todas las sonrisas que había dibujado, todas las preguntas que nadie le respondió. Pero no lo hice, por que estabamos desnudas del todo, y estabamos más vivas que nunca.


10.5.14

Las preguntas adecuadas desencadenan el miedo.

Me gustaría irme a dormir, cerrar los ojos y descansar, dejarme llevar suavemente a mi precioso mundo onírico. Pero no puedo. No puedo porque tengo tu voz clavada en la cabeza y estoy sangrando, porque retumban en mis párpados cada una de tus palabras, porque tengo ganas de llorar. No, no se cuando comenzó ni porqué, no se por que seguimos en el mismo sitio, observando las tormentas de arena ir y venir, y por qué decidí en el ultimo instante que era conveniente arrancarme el alma y dejártela encima de la mesa antes de salir corriendo por la puerta. No lo entiendo, dejé de comprender hace mucho tiempo. Pero no me importa, nunca me ha importado el no entenderlo.


Quizá no deberíamos intentar comprender nada.






7.5.14

Visión de la sirena muerta.

Varada en la playa había una sirena. Era un ser deforme con la piel lisa y los ojos sin parpados. No tenía pelo, ni siquiera una larga cabellera como las que describían los antiguos marineros, su cola era plateada, no de colores como en los mitos. Y estaba muerta. Su cuerpo estaba lacerado, las heridas abiertas se pudrían bajo el sol de la tarde, su carne corrompida olía todavía a salitre. Yo la observaba de lejos, guardando respetuoso silencio, viendo a las gaviotas acercarse y picotear, hambrientas. La sangre que formaba un charco a su alrededor dibujaba serpenteantes ríos que bajaban y se mezclaban con el agua. Esbocé una sonrisa irónica, de alguna manera lo poco que quedaba de su ser intentaba desesperadamente volver a donde pertenecía, intentaba alcanzar la lengua de las olas para ser devuelta a su hogar. Miré a mi derecha y vi mis huellas sobre la playa, vi como brotaban de ellas vísceras, sangre y petroleo, como inundaban y cubrían al cadáver putrefacto de aquel ser, ahogando a las gaviotas, oscureciendo el mar y el cielo. Después vi a través de los ojos de la sirena el fondo marino y las ballenas, las medusas danzantes y los cascos de los barcos. Los arpones, las redes, los submarinos. Los vertidos tóxicos, los navíos hundidos. Los arrecifes de coral y los cachalotes varados, los niños jugando en la playa. Vi millones de amaneceres y aviones surcando el cielo, vi el fin de la vida y el inicio del infierno, vi las bombas y el terror, los delfines huyendo, la belleza decadente de un océano moribundo.






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Siéntate. Fumate un cigarro conmigo. ¿En que piensas? ¿De que color son tus miedos hoy? Vamos a beber, vamos a emborracharnos y a vomitar todo el odio sobre la mesa. Desnúdate, pero no me toques, no me salpiques, no me susurres, no hagas nada. Quiero ver a través de ti, quiero ver tus arterias y tus negros pulmónes, y tu corazón siguiendo el ritmo del mundo, y tu cerebro lleno de ácido. ¿Qué sabes sobre la luna? ¿y sobre la sangre? Hablemos, mirémonos, pero no te acerques. Vamos a inventarnos una historia, vamos a jugar a los actores. Mira nuestras manos, son garras de gas que despellejan las verdades. Somos animales solemnes en los nacimientos y felices en los entierros.
Recitemos nihilismo. 
¿Sabes contar hasta diez?
Cierra los ojos y me escondo, 
hay muchas esquinas en este bar,
no me vas a encontrar. 




5.5.14

Noamor.

No me gusta la poesía. La poesía romantica, quiero decir. ¿Que sabran esos poetas del amor? no saben nada. Se limitan a regocijarse en los colores que tiene el mundo cuando se ama, se encarcelan en los corazones, en los cantos de los pájaros y en las canciónes. No, eso no es amor. Amor es sentir presión en cada una de las moleculas de tu cuerpo, es llorar, sudar, eyacular, amor es todo lo que la tierra hace. Es enterrar, llover, crecer y también morir. Amar es volver a ser un animal, matar con las fauces, mancharte de sangre, eso es el amor. Es un sentimiento visceral y salvaje, que nace en una cueva profunda y oscura, en un bosque lleno de musgo y magia. Es arañar, morder, huír y regresar, una lucha eterna, un abrazo feroz, una estampida, un relámpago, un impacto de lava sobre el agua del mar. Es vapor de agua y aguacero infinito, es nieve espesa, granizo, violenta tormenta que rompe los troncos. Es parir el mas grande de los llantos y es besar el mas brillante de los soles.

Eso es el amor.


Que coño sabrán esos poetas de mierda.



29.4.14

Hipotermia.

Muero de frío, mis dedos se los ha llevado el viento, y ya no estoy en ningúna parte. Los dioses me llevan, me están llamando, y al tocar el cielo mis labios se vuelven morados. Me está besando el invierno, me besa y me seduce con sus desnudos senos de plateada nieve, y con su pelo de hojas negras, y esos ojos, esos enormes ojos de escarcha, hielo y tormenta. Estoy sola, sola en medio de este bosque de sombras, y estoy muriendo de frío lentamente, pero no siento dolor, ni miseria, ni miedo. No siento el temor de ser abrazada por el húmedo suelo, ni de que mis huesos se enreden con las raíces. He caminado hasta aquí y he caído de rodillas, he visto a todos los seres del bosque mirarme y sonreír, me he convertido en uno de ellos y ahora soy libre, soy libre como el mas libre de los lobos, muriendo en soledad tras amar a sus hermanos.



Y soy feliz,
la noche está llegando,
otra vez.


5.3.14

Waterfall.

Lo que tengo dentro es una cascada. Es la mas enorme y desbocada cascada que jamás ha exisido. Su rugido hace temblar a quien me mira. Soy agua. Agua embravecida, la fuerza de los ríos y de las montañas mueve mi sangre y mi espiritu, y me hiere. Duele tener toda esa rabia en mi interior, esa rabia de cientos de gotas de agua golpeando las rocas, abriendose camino en mis entrañas, haciendo arder mis manos y mi espalda. Esta cascada va a matarte algún día, por que no sabes nada sobre el movimiento de las aguas, ni de la luna, ni de los ríos que arrastran las piedras mas pesadas. Vas a ahogarte aquí, bajo toda esta corriente descontrolada, bajo toda la espuma de todos los ríos que saltan a través de mi. Y voy a llorar tu muerte, voy a aullar de dolor día y noche, y poco a poco me iré secando, la cascada mermará hasta no ser mas que una gran pared lisa, por donde no correrá ni un atisbo de vida. Por que toda esa agua en realidad eres tu. 

 Vamos a morir los dos por acercarnos demasiado a las catarátas,
 imprudentes.

 



4.3.14

Resignados.

...¿Y recuerdas aquello que planeamos? Saltar a un tren y viajar lejos, con una cámara antigua y los zapatos rotos, no tener a donde ir, sin hogar, sin mapas. Si, lo recuerdo bien, decíamos que queríamos ser fugitivos, ladrones, peregrinos, caminantes. Queríamos ser todo y no tener nombre, ser pájaros emigrantes con brújulas torcidas. ¿Dónde estas? ¿dónde estamos? Al final de la historia nos quedamos en el mismo lugar, y los ''quizá mañana'' terminaron de matar aquellos sueños. ¿Sabes? no se a ti, pero a mi se me hace un nudo en el estomago cuando lo pienso...¿Te imaginas lo que hubieramos podido ver si nos hubiera alcanzado el valor para huír, para ser libres? Ahora somos viejos y cobardes, y nuestras cabezas están selladas y ya no tenemos fuerza en las manos para agarrarnos a los trenes, ni a los sueños, y el mundo se reduce a los crucigramas del periódico y a las novelas de las cinco. Hemos crecido y nos hemos rendido a la normalidad gris, creemos en los pasaportes y en las normas, nos molestan los gritos de los niños y la música alta. Somos viejos. Viejos. ¿Lo puedes creer? Nosotros, los sindueño, los niños libres, hijos de la decadencia, con corazones de acordeón y risas de canción triste.

Joder, y nisiquiera hemos salido de esta maldita ciudad.